¡Hoy como curiosidad os contamos cómo se construyó La Casa de las Conchas!
Uno de los edificios más atractivos de la ciudad para los turistas. A pesar de ello, aunque mucha gente lo desconoce, la familia propietaria de la casa podría ser considerada como la primera promotora del turismo en la localidad.
La historia empezó a principios de la década de los 50, cuando un matrimonio con tres hijos, vecinos de Peñíscola, empezaron a tener que buscar alternativas de trabajo por el mal momento económico por el que pasaban. A la mujer, Justa, se le ocurrió aprovechar la llegada de los primeros turistas para ofrecerse como una improvisada guía turística, la primera guía de Peñíscola, a cambio de la voluntad.
Gracias a las ganancias que obtuvieron como guías turísticos, comenzaron a construir la actual Casa de las Conchas, no sin antes decidir que para rendir un homenaje al mar se añadiera a la fachada conchas obtenidas de la zona. Así pues, Justa pactó con los pescadores de Peñíscola, ella les conseguía tabaco a cambio de que los pescadores le dieran conchas autóctonas.
De esta manera, la Casa de las Conchas se convirtió en uno de los edificios más pintorescos de Peñíscola.
Quizás no destaque por su arquitectura, ya que bien podría pasar desapercibida sino fuera por su particular fachada repleta de conchas, pero sí se puede destacar la forma de sus ventanas, con un toque arábico y el escudo del Papa Luna en honor a los orígenes de la localidad. Asimismo, Justa montó la que es conocida como la primera tienda de souvenirs justo en frente de la Casa de las Conchas, ayudando también a esta imagen de promotora de turismo en Peñíscola.
La casa, que se encuentra en la calle que parte del Portal de San Pedro, no solo es un reclamo para los turistas para poder fotografiarse junto a la fachada, es también una bella historia para entender el auge turístico de una población de pescadores convertida en uno de los destinos más visitados de la comunidad.
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