Y es que, ¿a quién no le gusta darse un baño en el mar cuando hace calorcito? Pero, ¿serías capaz de meterte en el mar los meses de frío? Seguramente la respuesta es que no, y te informamos de que estás cometiendo un error, porque no hay nada más beneficioso que bañarse en el mar durante los meses de invierno.
Beneficios de bañarse en el mar durante todo el año
Ser más optimista
El mar, la arena, la brisa, la paz de las playas en invierno y el sol nos transportan a mundos plagados de tranquilidad y llenan el organismo de alegría y positividad, lo que nos ayuda a ver la vida con más optimismo.
Combatir el estrés
Los baños en el mar despejan la mente y nos ayudan a salir de la rutina, lo que se traduce en una vida más tranquila y en bajos niveles de estrés.
Acabar con el insomnio
El relax que proporciona el hecho de bañarse en el mar en invierno se traduce no solo en una vida más calmada y tranquila, sino también en un sueño más profundo y reparador. ¡Ideal si necesitas combatir el insomnio!
Prevenir los resfriados
Las gripes y los resfriados están muy presentes en la vida de los seres humanos durante los meses más fríos del año. Aquellas personas que se animan a disfrutar de los beneficios de bañarse en el mar en invierno tienen la oportunidad de huir de ellos, ya que esta saludable práctica fortalece el sistema inmune.
Cuidar los huesos
El agua del mar está plagada de sustancias de lo más beneficiosas para el organismo que permiten, entre otras cosas, prevenir la aparición de enfermedades reumáticas al fortalecer los huesos al máximo.
Alivia los problemas de circulación
El agua muy fría mejora la circulación sanguínea y linfática aliviando problemas tales como varices o el cansancio muscular.
Contribuye a cerrar los poros cutáneos
Hace que tengas un aspecto más saludable.
RECOMENDACIONES ANTES DE TIRARTE AL AGUA
Adáptate al frío gradualmente
Es importante que vayas aumentando tu tolerancia a las bajas temperaturas a lo largo de todo el año, antes de lanzarte a nadar en agua fría por primera vez.
Haz sesiones cortas
Al principio, nada durante pocos minutos, hasta que te vayas acostumbrando y puedas ir aumentando la duración del entrenamiento progresivamente.
Abrígate
Las primeras veces, plantéate vestir un traje adecuado, un gorro, tapones para los oídos, y guantes y calcetines de neopreno.
Caliéntate
Cuando salgas del agua, es muy importante que te cambies la ropa mojada por prendas abrigadas, para que tu cuerpo comience a entrar en calor. Anda o corre durante unos minutos y, luego, toma una bebida caliente. Evita las duchas calientes inmediatas porque podrían confundir a tu organismo después de haber estado expuesto a temperaturas bajísimas. Y, siempre, después de nadar, aplícate crema hidratante, facial y corporal, para mantener tu piel bien hidratada, porque el frío podría agrietarla.
¡Atrévete con un baño en el mar este invierno!